martes, 28 de febrero de 2012

Novela "Claro de Luna"

Camino de Letras con Syra


POR SYRA JIMÉNEZ-PAJARERO ARIAS

Blog: http://camino-syra.blogspot.com/

Posted: 27 Feb 2012 01:04 AM PST





Un inicio impactante. Temor. Angustia. Y muy claro, como su título. Así es la vida de muchas mujeres amenazadas por un vil maltratador. Miguel Aguerralde Movellán nos hace sentir el latente pánico de dos mujeres, de nombre curiosamente coincidente, cuyos destinos, una aciaga noche, toman la misma dirección: el desesperado intento de sobrevivir.

Luna Ortega, locutora de la emisora Radio 2000, trabaja en el espacio nocturno "Claro de Luna". Una existencia más bien monótona que se verá alterada de manera radical. Pañuelo de lágrimas y consuelo de frustradas voces que, a través de las ondas en la madrugada, comparten sus horas más tristes con el anhelo de un solidario consejo.

Los tranquilos días junto a Lucas, su cariñoso cachorro West Highland White Terrier, de sosegada lectura y entretenidas películas, devienen una pesadilla. La suplicante llamada de una mujer indefensa con la respiración entrecortada, pidiendo ayuda, convierte a Luna Ortega en el blanco de una mente trastornada.

Lo que parecía una broma pesada resulta ser un cruel asesinato y su ejecutor, el dueño de una única obsesión: encontrar a Luna Ortega y satisfacer su sed de venganza.

Miguel Aguerralde Movellán nos hace experimentar las diferentes sensaciones de tensión que sufre la protagonista como el temor en el oscuro y silencioso barrio de San Telmo, la ansiedad en su solitario portal de la Isleta, el temblor de sus manos al girar la llave en una resistente cerradura o el escalofrío ante la noticia del macabro hallazgo del cuerpo irreconocible de Clara Luna.

Un atormentado presente con encuentros que parecen fortuitos como el de Darío, en un halo de paz y protección. Un secreto celosamente guardado hace más de 15 años en una caja por el marido de la víctima, Carlos. Inesperados y violentos ataques que hacen que el lector esté en constante alerta. Vigilancia policial y frecuentes visiones que dirigen a Luna al antiguo hogar familiar de la víctima, mudo testigo de un múltiple crímen. Y finalmente, arriesgada persecución automovilística con una rotunda confesión de alguien que no esperábamos .....

¿Broma o pesadilla? ¿Amigo o psicópata? ¿Rutina o cambio? ¿Fatal o feliz desenlace? Es mejor que lo descubra el lector en los párrafos de esta novela negra que una vez que se empieza no puede abandonarse hasta el punto final del epílogo que, por cierto, es de los que dejan la miel en los labios.

Enhorabuena Miguel por tu primera novela "Claro de Luna" (Editorial Idea). Para mí además supone un grato recuerdo por contar con el privilegio de una dedicatoria que representa la primera firma (13 enero 2012) en la librería Barco de Papel de Playa Blanca.

Otros títulos del autor son: "Noctámbulo" (Editorial Idea) y "Los Ojos de Dios" (Editorial 23 Escalones).

Podéis consultar toda su trayectoria y los puntos de venta en su página Web:

www.miguelaguerralde.com

domingo, 26 de febrero de 2012

Poetas Canarios en La Restinga



Autores, escritores, poetas, creadores y artistas de las islas.



Convocatoria abierta




Isla de El Hierro


29 de Febrero 2012


World Poetry Movement (WPM)











Y te imagino



(poema a la Isla de El Hierro)







Amanece, abro mi ventana frente a Las Canteras,

entra un olor a soledad que se me pega hasta las branquias,

enciendo el televisor con su galimatías de palabras revenidas

estalla el barómetro de la Bolsa de Valores

al ritmo de la cafetera,

la cruzada por y para el miedo

ha movido un alfil más en la batalla

y hoy las noticias ni te nombran, alma en protesta.

Sin embargo, tú, tú eres así, menuda, digna, paciente,

y te tiendes bajo el humus de la ausencia

mientras cae la marea,

bostezas la desidia ajena, esperas, gritas,

bramas al miedo, aguantas el vacío.





No te conozco, isla chiquita,

pero te siento.

En voz alta se van levantando las auras

al paso de tu belleza, verticales de silencios,

acantilados dibujados por una santa voluntad...

un cordón de plata cruza las horas desde mi playa

y, al instante, pongo un pie en tus costas,

me cuelo hasta el núcleo duro de tus entrañas,

láminas de luz impactan en la piel

mientras el cristal de tus aguas verdes

danza tu hermosura,

y en el parto de sus ondas,

eres voz quebrada del recuerdo.





Recorrida por crisálidas abiertas,

envío mis mariposas hasta el pozo milagroso

donde descansa la esperanza herreña,

en ese vuelo de plegarias

que nos mece la paciencia.

No te conozco,

te digo, isla chiquita,

y te imagino como mi hija

al nacer, fuerte,

cubierta de sebo blanco,

plácida ante el tumulto,

engalanada de espumas que revientan el volcán

cuyo rostro espero ver pronto.





Teresa Iturriaga Osa

(Las Palmas de Gran Canaria, febrero 2012)

domingo, 19 de febrero de 2012


CASA DE ESPIRITUALIDAD SCALA COELI

TEROR DOMINICAS, GRAN CANARIA



Un alto en el camino




Próximos talleres


Impartidos por Pilar Del Barrio DMSF




Días de Interiorización:

* Vivir con Jesús su Vida, Muerte y Resurrección

Días 2, 3 y 4 de marzo.

* Pentecostés

Días 25,26 y 27 de mayo.




CONVENTO DE LAS DOMINICAS DE TEROR (GRAN CANARIA)
EL UMBRAL DE LA VIDA INTERIOR



Uno de los parajes más impresionantes de Gran Canaria. Un lugar para el silencio.
Ideal para organizar cursos, talleres y encuentros alejados del ruido y en total armonía con la naturaleza.

http://www.youtube.com/watch?v=nHhKtZhFCwQ

Contactar para más información con Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia:

Tf. 928 614 013
E-mail: terordominicas@yahoo.es






domingo, 12 de febrero de 2012

POEMA DE BERBEL

(SOBRE MI MATERNIDAD)




 Fotografía de Berbel (México, D.F.)



Yo soy la madre de los días y las noches,




de las sumisas, de las esclavas, de las rameras.



La engendradora de vírgenes y mártires,



de las que bordan y las que queman las banderas.



Me siento que soy yo



la que he traído al mundo



a todas aquellas, las mal llamadas:



hijas de puta, hijas de María,



mujeres de la noche,



guerrilleras y aparceras sin nombres.



He dado a luz y sombras a tantas mal nombradas:



judías inconfesables, negras de mierda, afganas masacradas,



a todas las violadas de esta tierra,



a cualquier neoyorkina despistada o insulsa,



penitentes, inconscientes, estiradas y pendejas.



Tailandesas y baronesas



en una misma cuna de mentiras las mecí.



Paridora de modelos, empresarias, bulímicas, enfermas,



ricas, anoréxicas, poderosas, beatas, olvidadas y muertas,



que amamanté como una perra loca.



Yo soy la madre, la misma que tejió los burkars



ignorando que se podía gritar.



La que las subió a las pateras



o las senté en las esquinas de los burdeles



cerrándome los ojos por no chillar también.



Mis hijas son el fruto de toda la ignorancia,



el descuido, la crueldad, la humillación,



la rabia, el llanto y la miseria.



Yo, la madre de los pechos secos



y del vientre inmenso sin otra vida mejor.



La madre de todas las mujeres sin identidad.



¿Cómo amasar todas las sangres



para formar un solo tronco de luz y de esperanza?



Arañar todo el planeta con mis propias uñas,



inventar en el delirio un camino distinto,



¡Dios mío, más humano!



(De un poemario inédito).

sábado, 11 de febrero de 2012

El violín y el oboe


EL VIOLÍN Y EL OBOE

Teresa Iturriaga Osa
 
 
 
 
"El violín no es el oboe;
                                                               uno es pasión
y el otro es sabiduría."
                                                                                 (Yves Bonnefoy)

 
 
     Había una vez un oboe que descansaba en solitario bajo la sombra de un gran árbol cuando, de pronto, oyó los gritos de un loco violinista que bailaba sobre un tejado. Sin duda, aquel hombre tocaba con tanta alegría que el sonido de su violín llenaba el valle de transparencias mágicas. Pobre y feliz, saltaba por encima de los agujeros del techo de su casa mientras su música sobrevolaba los montes hacia otros mundos invisibles desde las cúpulas del viento.

     El oboe se quedó tan fascinado que, desde entonces, no podía olvidar al violín, ¡qué suerte vivir así!, ¡con la energía de un gran soñador! Él, por su parte, vivía cómodamente en un lujoso apartamento de Viena. Todos los días, su dueño lo trataba con mimo y respeto, y en verdad que no tenía ningún motivo para quejarse de nada, todo lo contrario. Al regresar del trabajo, antes de cenar, el hombre se aislaba del ruido de la calle en el gran salón de su casa y tocaba el oboe con fuerte personalidad, intimidad y afecto, arropándolo en silencio. Pero su ritmo era muy diferente al de aquel poema cifrado que el oboe había escuchado en el violín, un enigma hundido en su centro inconsciente, sumergido en un mar de cadencias que escapaba a toda lógica.
 
     El oboe estuvo entretenido en estos y en otros pensamientos difusos durante muchos días… hasta que, finalmente, pensó que… en efecto, todo estaba bien, que los dos eran notas de la vida, eran signos de dos presencias en el mundo, violín y oboe, oboe y violín... Y se tranquilizó. Aunque él siguió soñando cada anochecer con aquella cima de su horizonte (¿dónde?, ¿pero dónde estaría el violín?).
 
     Hasta que un día de primavera se conocieron. Ambos músicos tocaban al aire libre, cada uno por su lado, cuando se levantó un viento cálido que desplazó el sonido y las notas chocaron. Entonces, el oboe escuchó atento. El violín -al igual que él- sólo iba en busca de sí. ¿Serían capaces de seguirse en ese vuelo? Era difícil. Aún así, él quería iniciar un diálogo de palabras intraducibles… pero no sabía cómo. Comprendió que el habla espontánea, incontrolada e irreflexiva de las cuerdas de aquel violín no siempre se adaptaría al espíritu de otro instrumento. Eso le inquietó y se lo dejó notar al violín en la distancia. La respuesta del violín no tardó mucho en llegar: "No hay nada de razonable en mi melodía de loco colibrí, lo sé, pero no puedo evitarlo".
 
     El violín también le dijo al oboe que no podía privarle de la libertad necesaria para respirar, porque sería él, con su voz grave, quien establecería un poso de sosiego en el ensemble musical. En realidad, el violín se sentía un poco solo en tan altas llanuras y quería intentar un descenso, así que le prometió que haría todo lo posible por respetarle su espacio. El agitar de sus alas entre las flores también dejaría escuchar el discurrir de las gargantas entre reflejos y sombras. El oboe reflexionó durante unos días y pensó que no debía contradecir las asonancias o las rimas de aquel colibrí si realmente deseaba disfrutar de una sinfonía à deux. Tenía que decidirse y asumió sin remedio que él sería su propio consejero. Y sí, quiso intentarlo. Porque el sonido del oboe, tan viejo como el mundo, le recordó cómo se construye la verdadera belleza y la armonía.
 
     Y, desde ese momento, el violín y el oboe hicieron sonar una música en todas las direcciones que se extendió hasta el infinito y que no se detendrá mientras existan dos seres a la espera de encontrarse.
 
     Todo es extraordinariamente diferente en el juego del universo y ésa es la riqueza de cualquier Babel que queramos conquistar. Tal es la moraleja de este cuento.
 
(Fricciones Relatos. Ed. Beecham /Irónica La Laguna, Tfe.)


EL VIOLÍN Y EL OBOE
VIDEO DEL GRUPO TEATRO NACE



 
Un momento de la escenificación del relato adaptado
El violín y el oboe.


miércoles, 8 de febrero de 2012

LIBRO DE RELATOS

DOBLE O NADA




Un artículo de Elisa Rodríguez Court.



Hay libros cuyos protagonistas nos miran de lleno a los ojos y hacen tambalear el universo de nuestras convicciones. Son personajes que se mofan de nosotros, nos remiten a nuestra existencia fantasmagórica y se ríen de nuestro ego, ese “yo” al que tenemos tanto aprecio y que sólo existe en la gramática. Nos dicen que no por parecer el mismo dejamos de ser otro, y viceversa. Somos “Doble o nada”, tal y como se insinúa a lo largo del recién publicado libro de relatos que lleva esta disyuntiva por título. Un dilema que hunde sus raíces en tiempos remotos en que ya la imaginación humana fabulaba, aún sin definirla, con la figura del doble como aquel que se ve a sí mismo o camina al lado. De ahí la variedad de sus denominaciones: la sombra, el reflejo, el otro, el anverso, el desdoblamiento, el gemelo, el fingidor, la réplica.

“Doble o nada”, con prólogo de Enrique Vila-Matas y editado por Huerga y Fierro, se compone de 23 relatos de autores procedentes de ámbitos profesionales diversos. Los dobles danzan por las páginas de este libro en sus distintas variantes y bajo diferentes perspectivas y estilos. Les une esa perturbadora facultad de desafiar el tiempo y el espacio, así como la de encararse a la confortante y unitaria concepción de la naturaleza humana.

Somos “Doble o nada”. Por eso no solo los espejos deberían pensárselo dos veces antes de devolver una imagen, sino también nosotros desconfiar de los reflejos. Porque, además, ¿cuál es el mundo original y cuál el de sus copias? Ambos universos parecen batirse en duelo a lo largo de los relatos de este libro. La progenitura se tambalea en esos momentos en que una de las partes se siente amenazada por la otra, como si cada contendiente considerase al otro como un hermano bastardo que apareciese para apearle del trono.



VARIOS AUTORES



Berbel - Segundo Manchado - Félix Hormiga

Elsa López - Orlando Alonso - Cristina R. Court

Eduardo González Ascanio - Silvia García

Luis A. González - Fabiola R. Court - Judith Bosch

David Galloway - José Ángel Gil Jurado

Pedro Schlueter - Silvia R. Court

Santiago Gil - Ángeles Jurado - Rafael Hierro

Teresa Iturriaga Osa - N. Dobrina Gospodinoff

Elisa Rodríguez Court

Yolanda Soler Onís - Rafael Inglott


Información: elircourt1@telefonica.net

jueves, 2 de febrero de 2012

El Cosmos Graziani




Por Teresa Iturriaga Osa







          Álvaro Cunqueiro lo dijo una vez en uno de sus cuentos: “El buscador de tesoros tiene que ser muy cuidadoso en todo lo que hace, y también ir lavado y limpio. Hay que estar muy bien preparado para tener paciencia. Paciencia, tiempo y dedicación son algunas de las características del buen buscador. No son los más listos los que encuentran tesoros, y algunas veces son niños, o tontos, y también encuentran tesoros los ciegos. El tesoro hay que querer encontrarlo y soñar durante mucho tiempo con él”.

          En efecto, rodearse de multitud no es un estado donde puedan encontrarse los tesoros con facilidad. Todo lo contrario. Si eso ocurre, constituye una excepción que suele darse con muy poca frecuencia. Así descubrí las pinturas de Yolanda Graziani un día de primavera en una sala de exposiciones local. Entré allí por azar, con la paciencia de una tortuga milenaria, sin mencionar la ceguera que me caracteriza; y quizá, por eso, encontré el tesoro que andaba buscando.



          Sus cuadros son puertas a otra dimensión porque, al entrar en el Cosmos Graziani, ya formamos parte de sus experimentos artísticos. Desde un microcosmos de corales hasta un recorrido astral de planetas, cometas y galaxias en formación o destrucción, las visiones se van dando cita en su laboratorio. Ella nos arrastra, llena todo el espacio a través de su luz, transparente y volátil como su mirada. En el país de las maravillas, su pincel onírico sazona el universo con la frescura italiana de su nombre de albahaca... Con sus insinuaciones selváticas, nos lanza sin contemplaciones hacia una jungla de ocres y verdes, cuando no nos sumerge en el paisaje submarino de Las Canteras que ve desde su ventana.

          En su mensaje pictórico, hay arrecifes plagados de peces y algas, hay espacios intergalácticos que su pintura atraviesa en cuestión de segundos, hay entradas a un mundo biológico, casi intrauterino, que descubre los colores más vaporosos y sanguíneos del ser humano, hay elevadas temperaturas volcánicas, mezcla de fluidos y otras formas de energía, hay estallidos de luz que derriten los cristales. El Cosmos Graziani es un espacio mágico donde los elementos químicos se abrazan de tal manera que no pueden separarse. Agua, fuego, tierra, éter, bailan el vals de las esferas aparentes alrededor de su pintura. Ese movimiento sutil en su obra se percibe desde lejos como una vibración invisible que la dirige en su creación. Ella pinta la resurrección inflamable de la materia allí donde la mirada encuentra un remanso de aguas, una esperanza en el tiempo que no agota los relieves geográficos del ser humano.


          Yolanda Graziani es una gema que deslumbra con su pintura porque su mente exhibe con orgullo que nada de la niñez se ha perdido. Merece la pena experimentar ese rayo de esperanza a través de sus cuadros. La fantasía es un reconstituyente que se administra sin receta médica en tiempos de hastío.