lunes, 8 de diciembre de 2014


POESÍA

Teresa Iturriaga Osa




Mi cielo
 
 
(A mi madre)
   
                        
Nunca te he escrito un poema
porque en todo poema estás tú.
Bella presencia silenciosa, desgarras
la emoción de mis vocales, perfilas
mis consonantes más prohibidas
con tu fuerza y elegancia, consigues
mantenerme en un cálido equilibrio
gracias a tu impulso de puerta entreabierta
a la risa de mi infancia.
Eres, ¿cómo decírtelo?
Eres la mismísima aurora
que esquivas la debilidad de las nubes
en mi tormenta.
Eres el momento del misterio,
la suave luz que escribe sin manos
en mis espacios de flaqueza.
Respondo a tus preguntas con la duda
mientras tu corazón sigue escuchando el lamento,
el pan de los demás,
la música fértil de la ayuda.
Nunca desfallece tu mariposa.
Me construyes el alma,
expandes su vuelo amable, sensible
cuando me interpelas:
¿que si existe un cielo?,
¿que si existe un infierno?
Eso, ama, todo eso está ahí
al girar la puerta un poco más,
al salirse del camino,
al abandonar la densidad de este último cuerpo
la palidez que soporta el hombre
en los días de su torpe viaje.
Pero yo pienso en ti y pienso en el cielo.
Porque eres azul, amplia y generosa
como una pestaña que se abre y se cierra
en el ojo de Dios.


(8 de diciembre de 2014)



Fotografía: María Del Río